miércoles, 29 de octubre de 2008

EL SACRISTÁN

Sentado en la última fila de la iglesia, escuchando a medias lo que decía el padre Ramiro, no es que estuviera mal el audio, lo que pasa es que no soy de poner mucha atención en misa. Además el padre siempre decía lo mismo en el sermón, ¡arrepiéntanse pecadores, hijos de la mala vida, prefieren tomar una cuba que ayudar al señor, pero recuerden hermanos hay un dios, que nos vigila y sabe lo que hacemos! En fin el chiste era quitarle los pesos a la gente.
Saliendo de misa me puse a comer gorditas, y viendo la cantina frente a la iglesia me dieron ganas de echarme un trago, sólo para refrescar el gaznate. En eso llegó una señora con su hijo, y le dijo: - padre pues verá usted, me da mucha pena pero dice jacintito que cuando viene al catecismo usted lo toca y lo besa. ¡hija que estás diciendo! Yo sé que no es cierto padre, igual y es cosa del chamuco para poner a la gente en contra de usted. A ver hija, mañana trae a jacintito al medio día para hablar con él.
Al día siguiente el padre estuvo cerca de una hora hablando con jacinto. Al salir el padre dijo: hija, temo decirte que jacinto fue tocado y más. por alguien. ¿por quién padre? – me duele decirlo hija pero fue por Anselmo el sacristán. ¡Maldito! Gritó soltando el llanto, todo el pueblo se enteró y fueron a buscar a Anselmo, encontrándolo en la Terminal de autobuses, iba llegando de ver a su madre, cuando lo tomó la multitud, y lo golpearon hasta dejarlo casi muerto, lo llevaron a la iglesia, el padre salió y le dijo: dios te perdone hijo mío, ojalá y salga el diablo de tu alma. ¿de qué habla? Hijo abusaste de los niños que vienen al catecismo y eso no tiene perdón. ¡no sé de que habla, padre!
El padre se acercó para darle la bendición y al oído le dijo: es tu cabeza o la mía, dios te guarde en su gloria por salvarme. El sacristán lleno de furia pateó al padre en los testículos diciéndole, ¡cómo serás cabrón e hijo de puta! El padre cayó al suelo por el golpe y dijo: dios te perdone hijo, no sabes lo que haces. El diablo se apoderó de tu alma.
¡Saquémosle el diablo a chingadazos! Se escuchó de entre la multitud. Y fue como le dieron un linchamiento santo al sacristán.
Ahora todos los años se da una misa, por el eterno descanso de Anselmo, para que su alma esté en paz.
Hermanos, estamos reunidos para orar por nuestro hermano Anselmo, quien ayudó por muchos años a la iglesia, a todos ustedes, a todo aquel que pedía su mano. Lástima que el diablo tomó su alma, pero así como fue con él, puede pasar con cualquiera de ustedes, por eso hermanos ¡arrepiéntanse de sus pecados!, ¡oren!, ¡pídanle que los cuide! Y ustedes ayúdenlo también hermanos, hagamos un templo más hermoso, grande, que el señor se sienta orgulloso de ustedes. Bueno ahora pasaré la charola, recuerden dad y se os multiplicará.

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