jueves, 23 de octubre de 2008

GUADAÑAS



En este sin fin de historias que cuento y seguiré contando, ahora les hablaré, de alguien más famoso que el mismo presidente. “el guadañas” apodo que le pusieron los jóvenes de la cuadra, ya que todas las noches se tomaba una botella de vino, como tenía una nariz un poco grande, se parecía mucho a la guadaña que usaban para cortar la alfalfa.
Cada que pasaba don guadañas, los chicos gritaban entre ellos ¡aguas con la guadaña! Ya le está sacando filo en el suelo, no nos vaya a cortar, ajajá…

Era singular el guadañas, agradable, ese caminar como si imitara el movimiento del péndulo de la iglesia. Siempre en compañía de su fil amigo, compañero, compadre, hermano “el lobo” peroo pastor alemán que seguía a su amo guadañas por doquier.
-el lobo es el animal mas listo que hay, lo he enseñado a leer, sólo que aún no lo enseño a hablar.

Un día de eso malos igual que en los cuentos, el lobo no apareció y guadañas preocupado salió a buscarlo, a altas horas de la noche, no tuvo noticias de él. Dicen que don guadañas no durmió en varias noches, tomaba más que lo de costumbre. Ya a punto borracho, soltaba las lágrimas diciendo: -¡lo secuestraron, desgraciados! Levantándose y guardando la botella en la bolsa del pantalón, sacudiendo las lágrimas con su brazo salía diciendo ¡lobo! dónde estás? En eso volteó y vio una pequeña perrita callejera con gran cantidad de perros siguiéndola, y cortejándola a su modo, entre ellos el lobo, mugroso, flaco, pero con las orejas paradas al igual que la cola y sacando el pecho, con tal de quedar bien con su hembra, guadañas alegrado, con lágrimas y un nudo en la garganta. Sólo gritó ¡pendejo estás bien, mira nomás andabas de cabrón con una perra, ese es mi hijo!

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