lunes, 26 de enero de 2009

ALBUR


Arte en el doble sentido,
De la voz del mexicano,
Donde aquel que dice algo
Tiene que ser muy creativo
Puesto que la otra persona
Espera para atacarlo.

¡Chava flores, te hace honores!
En la tienda de mi pueblo,
Buscando aquellos frijoles
Que quedaban en el saco.

Haces hábil a la mente,
Siempre la tienes ideando,
Cómo atrapar al amigo
En las garras del vocablo.

Benito Camelo dicen,
¡Fue el más grande en los albures!
Salió de quinto de primaria
Por unas viejas cuestiones,
Atravesó mil problemas,
Que lo alejaron del aula,
¡Chico temido apodaban!
Pues era el rey del albur,
Conquistaba corazones
Por medio de su alegría.

Emma María Rico,
Novia de este gran poeta,
Preparaba en molcajete
Chiles de todos colores
Pa que sientas sus sabores,
En la boca su picor
todo el moler de los chiles
te sentaba a degustar.

Sumo todos esos sueños
Que me llegan de chiquillo,
Aquel quinto que me daban
Pa gastar en golosinas.
Y si a caso me sobraba
Lo guardaba en la alcancía
Metiéndolo en la rendija
Hasta llenarlo de sueños.



Hoy te rinden homenaje,
Hacen torneos de albures,
Quieren dejar en el hoyo
A todo aquel que te enfrentes.

¡Medallas pa los campeones!
Entregan con gran placer,
Fue una guerra de soldados,
Todos iban bien armados.
Con sus rifles atacaron,
Su casco siempre bien puesto
Se metieron en trincheras
Para arrojar cada bala.

Sigue el folklore de tu lengua
Que atraviesa los caminos,
Pasa por generaciones,
Es una de las herencias
Que deja tu pueblo vivo.

Lo dicen todas las clases,
Pero es nativo del pueblo,
Usas el doble sentido,
Dándole chispa a la lengua
Que tiene el buen mexicano
Que imagina como nadie.

Es una gran tradición
El albur en nuestro pueblo,
Es como ir a la feria
Y probar aquellos tacos,
De chorizo, de cabeza,
La maciza, te la invitan,
Acompañados de chiles
Que han dorado a brasas,
Para darle un gran sabor
A todo el que lo visite.

Y si llevas tu chiquillo,
Préstame tu atención
Puedo darles un consejo
De meterlo hasta el fondo,
Ahí es donde estás los juegos,
Carruseles y pistolas.

¡Albur no mueras te pido!
Déjame que te lleve
Pregonando por lugares
El sabor de tu pasión.
¡Que sientan toda tu fuerza
En el centro de su cuerpo,
Arrójales tus palabras,
Para que el alma les cante!
Ese fervor de la vida
Tu carisma mexicano.














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